No hace mucho que empecé a coleccionar molinillos de café. Todo empezó con unas reformas en una casa de pueblo. Una vez terminadas busqué de decoración que fuese acorde con la vivienda, y encontré como algo ideal, herramientas, menaje, pero sobre todo un molinillos de café. Mi primer molinillo fue un Peugeot Frères modelo R. No sería el último.
No tenía ni idea que Peugeot fabricara molinillos, pero ese mominillo abrió en mí una puerta que ya no puedo cerrar. Cada uno de ellos es una pieza única. Fabricados artesanalmente, cada molino tiene personalidad propia.
Y cuando te das cuenta tienes una colección que enamora a todos aquellos que la ven. Los hay alemanes, españoles, holandeses,.... Y franceses los que más.
Los hay de más de 200 años de antigüedad, los hay de "apenas" 50 años de antigüedad, todos únicos, todos preciosos.
Los hay de madera, de latón, de acero, de fundición, de baquelita,... Los hay de pared, los hay de "regazo", los hay para anclar a una mesa,...
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